Diccionario de bolsillo para Hanover, New Hampshire
Quiero dejar por escrito, para que a quien le parezca pertinente leerlo lo pueda hacer, en estas páginas metafóricas, algún parecido escueto de lo vivido en este tiempo.
Para empezar, aclaro que las palabras son una herramienta inútil para el entendimiento visceral de una experiencia así. Si en general las palabras solas no le hacen justicia a las vivencias, encuentro que, en el caso de las que son transformadoras, estas siempre se quedan cortas y resultan poco ilustrativas. Sin embargo, vamos a ver qué sale.
Verde:
El principio de todo suele ser emocionante y verme inmersa en un mundo tan distinto al que vengo acostumbrada solo me hace realizar de lo poco conscientes que somos los humanos con respecto a los ajeno. Todo el verde de acá es un verde profundo y ensordecedor. Los zurullos de las ramas de los árboles acariciándose unas a otras cantan un mantra que hace que se te olvide que alguna vez viviste en un sitio diferente. Supongo que una paz verde no se me hace tan familiar porque mi paz siempre ha sido azul: un cielo desprovisto de nubes acompañado de un mar sereno e infinito. No obstante, no me molesta la paz verde, pero el mar y yo, valga aclarar, siempre hemos de amarnos y extrañarnos.
Dejo en constancia que con el verde siempre vienen las abejas, pulgas, moscas, mosquitos y cuanto animalejo semejante exista. Me he graduado en asesinato de polillas. Todo rasca.
Definitivamente, si existe una paz para mí, no es la verde.
Definitivamente, si existe una paz para mí, no es la verde.
Jabón:
Todo cambio trae aprendizajes: como lavar ropa por primera vez y que se te encoja o abrir una ventana y que se caiga el aire acondicionado. Cada vez que lavo los platos mi ropa queda llena de gotas con jabón entonces procuro usar las mismas prendas para comer y después lavar. Lavar platos en últimas también significa lavarme yo.
Inglés:
El inglés, como todos los idiomas que no son los maternos, nunca se deja de aprender. Pienso en español y termino a veces diciendo sandeces. A los gringos les parece chistoso pero no ser elocuente es un fastidio. Seguro que Shakespeare estaría desilusionado de mi pero bueno, ¿qué se va a hacer?
Abrazos:
"Oye, ¿me puedes dar un abrazo?"
Creo que Mapi me abrazó dos o tres veces en todo el viaje y aclaro, esto no va de reclamo, pero es que yo soy una persona muy cariñosa (los que me conocen lo sabrán) y de vez en cuando me hacen falta.
Acá los abrazos están reservados para la familia, pareja o amigo de mucho tiempo. Yo vengo de un sitio donde abrazamos y besamos a diestra y siniestra: mi mamá me abraza un mínimo de catorce veces diarias cada vez que está conmigo. La verdad es que esta necesidad de abrazos es, para no decir más, una cruel patada en el fundillo.
Acá los abrazos están reservados para la familia, pareja o amigo de mucho tiempo. Yo vengo de un sitio donde abrazamos y besamos a diestra y siniestra: mi mamá me abraza un mínimo de catorce veces diarias cada vez que está conmigo. La verdad es que esta necesidad de abrazos es, para no decir más, una cruel patada en el fundillo.
Hablar:
Aquí la gente solo se molesta en hablar lo justo y lo debido y yo, que tengo una BOCOTA adjunta a un megáfono de garganta que todavía estoy aprendiendo a callar, pues hago todo lo contrario. Me sirve saber no todo lo que tengo que decir es pertinente, no todas las conversaciones tienen que llegar al mismo lado. Es más, no todas las conversaciones se tienen que dar.
A veces es mejor solo callarse y escuchar... y, en mi caso en particular, cuando digo "a veces" me refiero a "siempre".
A veces es mejor solo callarse y escuchar... y, en mi caso en particular, cuando digo "a veces" me refiero a "siempre".
Mamá:
Uno: soy extremadamente floja, dos: voy a tratar de no volver a pedir un favor que yo pueda hacer porque para eso nací sana con dos brazos, dos piernas y una cabeza medio bien puesta... y tres: tú, como cosa rara y porque el diablo sabe más por viejo que por diablo, tienes toda la razón.
No pienso decir más.
Bueno, que te quiero mucho, que te extrañé, que ya quiero un abrazo tuyo.
Alergias:
Mapi es prácticamente alérgica a la vida: le tocó comprarse una almohada hipoalergénica y tomar antihistamínicos todos los días y la vaina. Los ojos casi se le salen de la cabeza y todo pero ya tema superado.
Amén por el corticoide y por el 1, 2, 3 de Clinique.
Perros/Hijos:
Si tener mascotas es una gran responsabilidad no me quiero ni imaginar qué es tener un hijo. Y este último si que fue tema de conversación en el viaje. Ahora, no estoy diciendo que no los vaya a tener, ojo Mamá, solo que bueno, hay que pensar arduamente en el "cómo" de la jugada. Mapi ama los perros (a su perro más que todo) y quiere tener hijos. Yo creo que está bien equipada y será excelente madre.
Por otra parte, yo soy pocón pocón con los animales. A ver, que sí me gustan y todo pero no sé, un perro necesita mucho y ahora mismo a la única persona que le puedo dar algo es a mi misma. Por lo pronto, me considero más de gatos o, no sé, de vacas, tal vez. Y con lo de los hijos... pues les iré contando como evoluciona eso (o no).
Por otra parte, yo soy pocón pocón con los animales. A ver, que sí me gustan y todo pero no sé, un perro necesita mucho y ahora mismo a la única persona que le puedo dar algo es a mi misma. Por lo pronto, me considero más de gatos o, no sé, de vacas, tal vez. Y con lo de los hijos... pues les iré contando como evoluciona eso (o no).
Enfermedad:
Todos estamos un poco enfermos y esto es un hecho indiscutible. Que tire la primera piedra el que se considere un Adonis de la salud... especialmente en lo emocional, en lo mental.
Los quiero ver.
Los quiero ver.
¿Nadie? Bueno, eso pensaba.
Llorar:
Las primeras dos semanas me las lloré toditas. No crean que es porque no quería venir... en lo absoluto, esta ha sido una experiencia magnífica y fue una oportunidad como pocas en la vida. Pero, ustedes me conocen: yo no sería yo sin una buena pizca de drama o una buena llorada de vez en cuando.
Feliz:
"¿Eres feliz?"
Mi papá me lo pregunta mucho y creo que esta pregunta es la máxima demostración de amor que uno le puede hacer a alguien, pues si quieres a alguien de veras, te preocupas por su "felicidad". Bueno Papá, te la respondo formalmente por acá porque siempre que la haces me tomas desprevenida y digo que sí porque pues, ¿qué más voy a decirte si tú a mi me lo has dado todo? ¿cómo se te ocurre que te voy a decir que no?
Sin embargo, creo que es imposible ser feliz todos los días y en todo momento, pero te prometo que recordaré este viaje, y en general todo lo que haga en mi vida, principalmente por los momentos de felicidad que me trajo. Y que sí, para que conste Papá, son siempre más que los tristes.
Mierda:
Que no te consignen a tiempo, que el dólar esté casi a 3,500 pesos o que te cancelen el pasaje de regreso y quedas como Britney Spears en el 2007 lista para reventar la ventana de un carro con un paraguas.
No es por ser escatológica pero las cosas como son.
Calor:
Pues sudas y todo, pero hay sol y el mundo está como de buen humor. El calor significa bronceo y bacanería, usar shorts y coquetería, caminar ligera de ropa y pasar un buen día. Disculpen la rima pero es que me emociona.
Hay niveles de calor aceptables pero definitivamente el mejor-peor calor es el de Nueva York y creo que la gente se lo aguanta porque bueno, es Nueva York ¿no?
Amo el calor aunque se me arruine el maquillaje, se me esponje el pelo y parezco el Pibe Valderrama y se me pinte un mapa-mundi en todas las camisetas. Mapi prefiere el frío pero yo sé que, por lo menos en esto, yo tengo la razón y punto (diga lo que diga su majestad, Maria Paula Cárdenas Charry).
Comida:
No me gusta cocinar en una cocina ajena. No importa si he vivido cuatro meses acá, ésta no es mi cocina, me da miedo partir algo, dañarlo... no sé. Que se explote el microondas, que se prenda la casa en fuego porque las casas acá son de madera. No, no, no. Comí crudo estos cuatro meses: lo máximo que me cociné fueron unos huevos, pero de resto: salmón ahumado, tahine, vegetales, frutas y mucha mantequilla de almendras. Extraño la comida de mi casa y la hora del almuerzo en general: mi papá distraído en la cabecera, mi mamá hablando hasta por los codos, yo mirándome al espejo del mueble que va detrás de ella y Sofia en yo-no-se-qué planeta o tal vez hasta metida en la conversación.
En fin, termino con un comunicado oficial para mi casa en Barranquilla:
Que si me hacen el favor y me preparan un buen plato de marmaón a mi regreso.
Que si me hacen el favor y me preparan un buen plato de marmaón a mi regreso.
Gracias.
Sofía:
Siempre lo supe pero fíjate que se sigue confirmando la teoría de que tú eres la persona más importante en mi vida. Aunque a veces nos querramos arrancar los pelos la una a la otra y tu nunca contestas cuando alguien te llama o te escribe o, más bien, nunca. Aunque seamos tan diferentes y tan opuestas, aunque yo no sea buena hermana en muchos casos... ya qué más da, te tocó la que te tocó.
Solo una última mención de hechos: casa siempre es, y será, donde también estés tú.
Pueblo:
Yo pensaba que venía de un pueblo pero esto ya es otro nivel. Y sí, es exactamente lo que te imaginas, Lina: el sitio tiene menos semáforos que Barranquilla y no tiene ni un McDonald´s.
Buses:
En el pueblo, el sistema de transporte es gratis y perfectamente funcional con esa puntualidad magnífica que tienen los norteamericanos.
¿Tengo que decir algo más?
Gracias:
A Maria Paula Cárdenas Charry.
Creo que hemos hablado en exceso y justo lo suficiente durante estos cuatro meses. Te ha tocado la gravísima labor de ver mi ojerosa y "sonriente" cara todos los días. También, te ha tocado en ocasiones verme llorar mientras sostengo un corazón a duras penas está aprendiendo a latir otra vez. Gracias por todo, pero sobre todo, por intentar algo parecido a entender. Las personas creen que querer a alguien es difícil pero yo no estoy de acuerdo, creo que más difícil es ponerse hipotéticamente en los zapatos del otro (o al menos escucharlo) y tratar de comprenderlo. Así que este último párrafo es para ti y para todas las charlas que tuvimos, todos los proyectos planteados, todo el tiempo que nos queda juntas...
Gracias, infinito.
Pueblo:
Yo pensaba que venía de un pueblo pero esto ya es otro nivel. Y sí, es exactamente lo que te imaginas, Lina: el sitio tiene menos semáforos que Barranquilla y no tiene ni un McDonald´s.
Buses:
En el pueblo, el sistema de transporte es gratis y perfectamente funcional con esa puntualidad magnífica que tienen los norteamericanos.
¿Tengo que decir algo más?
Gracias:
A Maria Paula Cárdenas Charry.
Creo que hemos hablado en exceso y justo lo suficiente durante estos cuatro meses. Te ha tocado la gravísima labor de ver mi ojerosa y "sonriente" cara todos los días. También, te ha tocado en ocasiones verme llorar mientras sostengo un corazón a duras penas está aprendiendo a latir otra vez. Gracias por todo, pero sobre todo, por intentar algo parecido a entender. Las personas creen que querer a alguien es difícil pero yo no estoy de acuerdo, creo que más difícil es ponerse hipotéticamente en los zapatos del otro (o al menos escucharlo) y tratar de comprenderlo. Así que este último párrafo es para ti y para todas las charlas que tuvimos, todos los proyectos planteados, todo el tiempo que nos queda juntas...
Gracias, infinito.
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